Si defender que un bién público siga formando parte del cien por cien de los vecinos de El Granado. Entonces no cabe duda, somos "malos".
Nuestra perversión es tal, que muchos de nuestros miembros lo que quieren es que el pueblo se desarrolle, sin cometer graves destrozos, consolidando un espíritu emprendedor.
Si querer que mañana familias granaínas convertidas en pequeñas empresas cultiven fresas, arándanos, hortícolas y se vayan convirtiendo en motores económicos permanentes de nuestro municipio, entonces definitivamente, somos muy malos. Algo perfectamente compatible con el uso comunal.
La tierra no hay que acapararla, sino cultivarla, solo eso. Al final todos, ricos y pobres vamos a tener la justa y necesaria tierra, por mucho que supliquemos que no nos alcance, la parca vendrá y nos llevará. Hasta las moléculas y átomos que hoy nos conforman nos abandonarán y formarán parte de otras estructuras. Así que para que querer dar un bién público a una empresa que nos va a sacar del hoyo, si al hoyo tarde o temprano iremos todos, incluidos los de esa empresa "salvadora".
Del hoyo nos sacaremos nosotros mismos con esfuerzo, con trabajo duro, la libertad se alcanza emprendiendo, sin tener porque arrasar nada, sin tener porque impedir que los granaínos futuros ya no dispongan de un bién, que hoy nos pertenece y que ayer perteneció a nuestros antepasados.
Con ese bién matamos nuestro hambre, sembramos el trigo que luego fué el pan que comimos. Con este bién debemos poner en hora nuestro reloj, muy atrasado con respecto a otras poblaciones. Los leperos, hombres de mar en su mayoría, con un desarrollo escaso y muy parecido al nuestro, pues la mar daba lo que daba, se pusieron a la tarea, hoy es una ciudad lista para el siglo XXI.
No hay un solo miembro en esta asociación que no quiera el desarrollo del municipio, muy al contrario, cada uno de nuestros miembros está leyendo mas que nunca sobre multitud de temas, donde de fondo no hay mas que la ilusión de transformar el pueblo.
Estamos ante el colectivo de cazadores mas señero de la provincia, 471 años ininterrumpidos de experiencia en caza. Creemos que esto es un valor enorme, las empresas andan como locas poniéndose años, desde 1957, desde 1981, todas fechas sin importancia ante 471 años. Dentro de 29 años este colectivo cumplirá 500 años de caza ininterrumpida. Queremos que esa tradición siga, como la ganadería, el cultivo de cereal y por supuesto frutos rojos, hortícolas y un sinfín de cultivos que generen valor añadido. Soñemos todos con que algún día una lata de espárragos, una tarrina de fresas, moras o grosellas lleve la palabra El Granado, Huelva, España en una gran superficie de Alemania o de Suecia.
Muchos pueblos necesitan una primera revolución agrícola para luego consolidar las otras, como pueda ser la industrial, la tecnológica, cultural etc...
Y necesitan esa primera revolución agrícola, porque es desde esa que se consolida la capacidad de un pueblo, es como matar el hambre en primer lugar para luego ir hacia otras áreas. La agricultura es nuestro nexo mas cercano a la naturaleza y hay que dar esos pasos para luego acometer otros.
Todos y cada uno de nosotros deberíamos ir ya reflexionando y comenzar de forma ordenada a presionar para que se comiencen con las primeras experiencias de regadíos en nuestro campo comunal, experiencias que deben realizar los vecinos. Cada granaíno tiene el deber, como lo hicieron los agricultores almerienses de adquirir todos los conocimientos posibles de cultivos de cosecha anual e ir experimentando.
La alcaldesa debe anular el proyecto de desafectación del campo comunal y todos a una ponernos a la tarea de dotar a nuestro pueblo y situarlo con nuestro esfuerzo donde corresponde. Comencemos todos a abandonar nuestra baja tasa de desarrollo, sin destrozar nada.