Entre las misiones de la Asociación hay una parte cultural, la de recopilar la memoria comunal, cultura comunal.Saber de donde se viene es vital para saber hacia donde se quiere ir.

Este es un viejo cuento castellano que los pastores granaínos sabían. Reproducimos a continuación el cuento en la versión de un señor de Segovia.

Este es el enlace.

http://tiocarlosproducciones.blogspot.com/2012/07/el-toro-barroso-ii.html

Eran dos ganaderos en una población, ¿sabe ustez?, y se pu­sieron muy a mal. El uno tenía un pastor que le llamaban el Verdadero. Y estaba muy contento su amo con él, porque no mentía nunca. Todas las noches el Verdadero iba a ver a su amo y le decía:

-Buenas noches, señor amo.

-Buenas tardes, mi Verdadero.

-Y ¿las vacas?

-Gordas y flacas.

-¿Beben aguas?

-Turbias y claras.

-¿Comen hierbas?

-Verdes y secas.

-Y ¿el toro Barroso?

-Florido y hermoso.

Y nunca le cogían en mentira. Ya un día, estando en el café, el amo del Verdadero comenzó a alabar a su criado. Y el otro ganadero le dijo que sí sería algo fiel; pero que él apostaría que le cogería en una mentira. Y por fin le dijo el amo del criado que le apostaba la mitaz de la ganadería si no le decía su Verdadero la verdaz siempre. Y el otro le dijo que se lo apostaba.

Se marchó a su casa y pensando de qué forma podría ganar la apuesta, decidió valerse de una hija muy hermosa que tenía. Al otro día se fue de caza con la hija y llegó donde estaba el Verdadero. Comenzó a hablar con él y le preguntó que si por allí había conejos. Y el Verdadero le dijo que sí, donde dejó la hija a la lumbre con el Verdadero, diciéndoles que volvería más tarde. Y al verla tan blanca y tan hermosa el pastor se prendó de ella, y después de conversar un rato, la dijo que quería gozar de ella. Y ella le dijo que si la daba el corazón del toro Barroso, que se entregaba a él. Y el Verdadero mató el toro y la dio el co­razón a la muchacha. Y gozó de ella.

Y aquella noche el Verdadero se fue en casa del amo. Y por el camino iba diciendo:

-Y ¿qué le voy a decir yo a mi amo? ¿Qué le voy a decir?

En la casa del amo había mucha gente. El otro ganadero es­taba allí, pues había ido a ver si iba a decir la verdaz el Verda­dero. Entró Juan, y sentándose cerca de la lumbre, puso la go­rra en la porra y le decía al sombrero, como si sería el amo:

-Muy buenas tardes, mi señor amo.

-Buenas noches, mi Verdadero. ¿Y las vacas?

-Gordas y flacas.

-¿Begen aguas?

-Turbias y claras.

-¿Comen hierbas?

-Verdes y secas.

-Y ¿el toro Barroso?

-Florido y hermoso.

Entonces le dice el amo:

-Buenas tardes, mi Verdadero.

-Muy buenas tardes, mi señor amo.

-Bueno, Verdadero, dime la verdaz. 

Y ¿las vacas?

-Glordas y flacas.

-¿Beben aguas?

-Turbias y claras.

-¿Comen hierbas?

-Verdes y secas.

-Y ¿el toro Barroso?

-Mi señor amo, ¡por unas tetas muy blancas y unos muslos hermosos, he dado el corazón del toro Barroso! Y le ganó la mitaz de la ganadería al otro.

 

Navas de Oro, Segovia. Patricio González. 8 de abril, 1936. 63 años.

 

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

La sorpresa viene cuando un viejo pastor granaíno nos contó el cuento, que no era el dulcificado de los libros sino uno tal y como lo cuenta Rodrigo Cuevas. Rodrigo Cuevas es de Rodiezno de la Tercia (montaña leonesa).

Y aunque Rodrigo es un poco extravagante en su desarrollo lo cuenta tal como se contaba en el Andévalo.

El cuento del toro Barroso.

https://www.youtube.com/watch?v=UBg8y6HHNYk.

Entrevista en planeta Cachopo.

https://www.youtube.com/watch?v=BFxmaIHah4A

 

Otro toro mas famoso que el Barroso por estos lares  es el de la Mayoría. Pero eso será en otro momento, donde descubramos a los internautas dicho toro.